MANIFIESTO
LOS ESPIRITISTAS Y LA SUSTENTABILIDAD
Considerando que para la filosofía espírita, fundada y codificada por Allan Kardec a mediados del siglo XIX, en Francia, el planeta Tierra es escuela de evolución espiritual. Y que a través de los procesos de la reencarnación regresamos a ella varias veces en una larga trayectoria de perfeccionamiento intelecto-moral, nosotros, espiritistas laicos y librepensadores, asociados al CPDoc (Centro de Pesquisa y Documentación Espírita) entendemos que urge la necesidad de conservación ecológica de esta escuela evolutiva, para que pueda cumplir con sus propósitos cósmicos en el plano del universo.
No desconocemos que importantes conferencias internacionales vienen siendo realizadas en varios países, incluso en Brasil, como la Eco 92. Se han firmado importantes acuerdos internacionales, como la convención sobre diversidad biológica (CDB), que estableció objetivos para los países firmantes. Dichas iniciativas se constituyen en pasos iniciales importantes de cara a los temas ecológicos, pero todavía insuficientes, pues vivimos un momento climático extremadamente preocupante, con contaminación de ríos y océanos, incendios, efecto invernadero, calentamiento global, deshielo en los polos y refugiados climáticos o emigrantes medioambientales en algunas regiones del planeta.
Considerando el actual modelo de explotación de la naturaleza, basado en una concepción capitalista y consumista de la vida, extremadamente depredador de la biodiversidad y de los ecosistemas, dicho modelo necesita ser repensado urgentemente, con vistas a un modelo de desarrollo más sostenible y, así, proponemos:
Acciones eficaces a macroescala, realizadas por los países participantes de la comunidad internacional, en especial los países desarrollados con sus bases económicas, sociales, tecnológicas e industriales, los cuales ejercen influencia estructural en los modelos de producción y consumo del mundo.
Acciones a microescala, realizadas por de los individuos, en cuanto a las posibilidades de acciones cotidianas de pequeña escala frente a la naturaleza.
En cuanto a los aspectos macrosociales sugerimos:
Alteración del modo de utilización y explotación de los recursos naturales tales como mares, ríos, bosques, montañas, suelo, petróleo, minerales, animales, vegetales, agua, etc., con vistas a emprender un proceso de desarrollo económico que tenga en cuenta el ecosistema, de modo a conservarlo.
Aceleración de los procesos de producción científica y tecnológica de energía limpia, con vistas a reemplazar los combustibles fósiles por energía solar, eólica, hidráulica y otras más compatibles con la naturaleza.
Preservación de pueblos y comunidades tradicionales como indios, esclavos que viven en andurriales, esquimales y otros grupos, verdaderas riquezas desde el punto de vista humano y cultural.
Atención al problema de inseguridad alimentaria que persiste en varias regiones del planeta. Problema básico de nuestra sociabilidad que sigue existiendo a lo largo de la historia, todavía sin solución, a pesar de que la producción de alimentos en el mundo tenga la posibilidad de satisfacer a toda la demanda.
En relación a la producción de alimentos, proponemos que se reevalúen los errores de los sistemas convencionales con vistas a que producen mercancías y generan beneficios, llevando a la degradación del suelo, agotamiento de los recursos naturales, pérdida de hábitats y de la biodiversidad, aumento de la contaminación y de la polución por el uso intensivo de agrotóxicos.
Destacamos la necesidad de solucionar, a través de estrategias gubernamentales y en colaboración con la sociedad civil, el problema de precariedad habitacional de millones de seres humanos en el mundo, viviendo en zonas insalubres, sin pavimentación ni alcantarillado ni energía eléctrica, o en zonas de riesgo, en chabolas en los despeñaderos.
A los que detengan el poder en todas las esferas les rogamos atención para la necesidad de ampliación del transporte público, en especial en las grandes ciudades, donde multitudes se desplazan a diario desde sus casas al trabajo y viceversa en sus propios coches, aumentando sensiblemente el daño al medioambiente. Entendemos, además, que es indispensable la adopción de modelos de urbanización que consuman menos componentes ambientales y favorezcan los desplazamientos intermodales de circulación, incluyendo los carriles bici y caminadas a pie.
Destacamos la importancia de se adopten de nuevos conceptos de economía, como los de economía circular y social o solidaria. Dichas propuestas tienden a reconceptualizar lo que se entiende por "basura", sustituyendo el antiguo concepto por una idea más sustentable de que las mercancías, desde su producción, no deben ser solo explotadas y desechadas, sino reutilizadas, generando, así, un ciclo virtuoso de reutilización de las materias primas, además de los modos de producción y de los recursos humanos y naturales y su relación con el beneficio, de modo que se reduzcan las desigualdades sociales a medio y largo plazo. Tales conceptos favorecerán la disminución de los depósitos de basura del planeta, de las desigualdades sociales y de los impactos al medioambiente.
En cuanto a la acción de los individuos, sugerimos:
A espiritistas y no espiritistas, una mayor conciencia ecológica, en el sentido de que colaboren con iniciativas que beneficien al medio ambiente, tales como reciclaje de materiales y preservación de las playas, del campo y de las ciudades, librándolos de la basura y de la polución causada por el hombre a través de acciones cotidianas. Y apoyo a las estrategias gubernamentales de conservación y preservación de la naturaleza.
Brasil, agosto de 2021.